Se
habla mucho de la diversidad de culturas, de formas de pensar, la diversidad de
habitantes en un lugar determinado, etc. Diversidad, es una palabra muy
conocida entre los individuos, debería ser también sinónimo de respeto hacia lo
diferente, ya sea en personas, idiolectos, creencias, orígenes, en fin.
Lo que se abordara a continuación será sobre
la diversidad en sí pero revisado desde otra perspectiva, la lingüística. Esta
es una ciencia que tiene como objeto el estudio de la lengua; cuando nos
referimos a la lengua no lo hacemos de manera anatómica, sino que estamos
describiendo a la lengua como un sistema de comunicación que varía de lugar en
lugar, de persona en persona, y que se va adquiriendo y desarrollando conforme
nos desenvolvemos en la sociedad.
EL
uso lingüístico es muy variado en nuestras sociedades esto se debe a diversos
factores (geográficos, sociales, funcionales, idiolectos, etc.), estos
determinan nuestra manera de comunicarnos y actuar ante una sociedad en un lugar
determinado, por supuesto estas ‘’variantes’’, determinan nuestro lugar en la
sociedad, el ‘’valor’’, que tengamos como tal, hasta el éxito que probablemente
tengamos o no en nuestro andar social. Estas perspectivas han sido muy
cuestionadas porque en realidad ¿Qué determina o predice nuestro éxito?, ¿Por
qué una persona adulta se ve mal hablando como adolescente? ¿Por qué el
aprender inglés es más valorado que hablar una lengua indígena?, estas son
algunas de las tantas preguntas que muy a menudo nos solemos plantear. ¿Quién o
quienes determinan de qué manera hablar? La respuesta a esta pregunta es
justamente la sociedad, como grupo de personas en un lugar determinado,
juzgamos y determinamos lo ‘’correcto’’ y lo ‘’incorrecto’’.
El
lenguaje forma parte importante de nuestra conducta comunicativa y de la acción
social, este no es homogéneo ni es el mismo para todas las personas, ya que
cada una de estas lo adapta de manera diferente según factores geográficos,
culturales, sociales, personales, etc. Entonces hacemos referencia a un punto
muy importante: el contexto, en este
tienen lugar los intercambios lingüísticos que exigen variantes interpersonales
de interacción (intenciones, situaciones comunicativas, etc.), también aquellas
en las que tienen que ver con el lugar en la sociedad que el individuo ocupa
(ideologías, educación, habilidades comunicativas de expresión, etc.)
Cuando
nos comunicamos o hablamos en sociedad utilizamos según Carlos Lomas (1999),
cuatro variedades comunicativas:
1.- Variedades según
ubicación geográfica.
2.- Variedades sociales
(sociolectos), en estas variantes entran, la clase social, sexo, edad, sistema
de creencias, etc.
3.- Variedades
funcionales. (Contexto social)
4.- Estilos
(idiolectos), la manera intrapersonal en la que se percibe el mundo.
El
uso que le demos a nuestro actuar y comunicar en la sociedad, es meramente un
espejo de la diversidad y también desigualdad sociocultural de las comunidades
de habla en un lugar. Los usos de la lengua contribuyen y construyen nuestra identidad
cultural y de los grupos sociales a nuestro alrededor.
Sexo, estatus, edad.
Cuando
nos comunicamos de manera oral, no solo construimos oraciones y significados,
también reflejamos mediante nuestras formas de hablar nuestra identidad
sociocultural (Quien soy, de donde soy, edad, sexo, clase social, nivel
educativo).
Una
de las diferencias comunicativas entre individuos más marcadas son las de
diferencia de género y sexo, esto es porque el hombre y la mujer tienen
posiciones diferentes dentro de la sociedad, a pesar de haber progresado en los
últimos años buscando la igualdad social, estas diferencias lingüísticas son
imprescindibles porque se sigue manteniendo estereotipos sexuales en donde
prevalece la ocultación de lo femenino, y esto se puede corroborar por ejemplo
en la omisión del género femenino en la lengua castellana para expresarnos y
esta no se debe a que en la RAE, no se tengan estas palabras sino que en nuestra
lengua estándar, existe una imagen peyorativa de la mujer, en donde salen a
relucir estereotipos sexistas y machistas, esto se atribuye también a las
costumbres culturales de nuestro país, no hay que olvidar que durante muchos
años, a la mujer se le veía solamente como una persona que nacía para ‘’dar
hijos y atender al marido’’, es por ello que estas acciones comunicativas
prevalecen hasta hoy día, mucho menos cada vez, pero es una característica de
nuestra cultura que por supuesto tiene repercusión en nuestro hablar diario.
Cuando
hablamos de estatus nos referimos a la posición que ocupa cierta persona en una
determinada comunidad, hablando lingüísticamente podemos decir que aquellas
personas con habilidades lingüísticas desarrolladas y con un lugar ponderante
dentro de la sociedad, tienen casi asegurado el éxito en esta, aunque suene un
poco discriminante e impuesto es verdad, y es que cada persona cumple con su
lugar dentro de la sociedad, para hacer de esta una gran urbe en donde cada
persona se desenvuelva según sus habilidades y conocimientos. Muchas veces la
clase baja es menospreciada y vista como símbolo de ‘’ignorancia’’, o ‘’poca
inteligencia’’. Estas variedades según
(Bourdieu, 1979) conllevan a una determinada conducta lingüística, también
hace referencia a que una persona puede cambiar de variedad lingüística según su
estatus social o ascenso en la escala social, esto se va
adecuando a los fines del intercambio comunicativo y a las expectativas de los
receptores.
La
edad es un factor que incide con mayor claridad en el uso lingüístico de las
personas en cualquier comunidad de
habla. Conforme la edad de las personas va aumentando, cambia su manera de ser,
hábitos culturales y conducta lingüística. Labov (1964), estipulo seis etapas
de evolución sociolingüística de las personas:
1.- Adquisición de la
gramática elemental en la primera infancia. (Familia y madre)
2.- Lengua vernácula (5
y 12 años), escuela y compañeros.
3.- Conocimiento del
entorno sociolingüístico (14 y 15 años), influencia de loa adultos.
4.- Desarrollo de la
variación estilística (15 años en adelante).
5.- Inicio de un uso
estándar en la primera etapa adulta.
6.- Desarrollo de los
usos lingüísticos de la variedad estándar y culta de la lengua.
Estas etapas van en
relación con la edad del individuo y su interacción con la sociedad lo que le
hace adquirir las habilidades necesarias para toar su papel dentro de ella, no
debemos olvidar que dentro de estas etapas entran variantes diatópicas, diacrónicas,
diastráticas y diatípicas.
Podemos
concluir que es esencial que como futuros docentes nos plateemos y tomemos como
unos de los principales objetivos el facilitar a los alumnos la adquisición de
conocimientos y actitudes que favorezcan la toma de conciencia acerca del papel
que desempeña el uso lingüístico en nuestro día a día, dejar claro que nuestra
manera de hablar refleja nuestra identidad personal y cultural pero no por esta
razón se debe discriminar o juzgar a una persona por su manera de hablar, en
una sociedad todos los individuos son importantes y forman parte de un todo que
constituyen la diversidad cultural de un lugar determinado. Nuestro pensar,
actuar y hablar se va modificando con el paso del tiempo, es importante que
como sociedad hagamos conciencia y comprendamos que no todas las personas
tienen acceso a las diferentes situaciones y contextos de comunicación es por
ello que no existe igualdad a la hora de
adquirir las habilidades comunicativas que hacen posible un uso ‘’adecuado’’ de
la lengua.
Ensayo por Wendy Calvo.